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Unos 5.000 argentinos mueren cada año por la trombosis |
Alrededor de cinco mil personas mueren cada año en la Argentina como consecuencia de una enfermedad llamada trombosis venosa profunda, una afección "silenciosa" que se origina en el desprendimiento de un coágulo de las paredes de una vena, el cual se desplaza por el torrente sanguíneo hasta producir un taponamiento del sistema venoso.
Según proyecciones sobre estudios de incidencia de esta enfermedad, en la Argentina se producen entre 30 mil y 60 mil casos de trombosis venosa profunda cada año -a pesar de que pueden ser prevenidos-, y en su mayor parte afectan a pacientes que, por otros motivos, debieron ser internados y permanecen tres o más días con un alto grado de inmovilidad. En ese sentido, el médico hematólogo José Luis Ceresetto, miembro del Area de Trombosis y Hemostasia del Hospital Británico de la Capital Federal, señaló que esta enfermedad "constituye un gran riesgo por su progresión, porque si un coágulo que se origina en las piernas llega al pulmón, se produce una embolia pulmonar, una afección que en un 40 por ciento de los casos es fatal y que además mata muy rápidamente". "La trombosis venosa profunda es muy difícil de diagnosticar. En un 50 por ciento de los casos no hay síntomas previos; las piernas no se hinchan ni duelen. El problema es que una vez que se produjo el coágulo, aproximadamente en un tercio de los casos progresa y puede provocar una trombosis venosa proximal, es decir por arriba de la rodilla, con un alto riesgo de desembocar en una embolia pulmonar", aseguró Ceresetto. De acuerdo con las estadísticas conocidas en la Argentina, de cada 100 pacientes internados en condiciones de "inmovilidad severa", 60 padecerán trombosis venosa profunda, y cinco de ellos fallecerán al desencadenarse una embolia pulmonar. Además, se calcula que en un 70 por ciento de los casos en que los pacientes deben permanecer al menos tres días con un importante grado de inmovilización no se adoptan las medidas de prevención necesarias para evitar esta enfermedad. En ese sentido, los estudios clínicos desarrollados en distintos países demuestran que los medicamentos preventivos, entre los que se destacan las heparinas de bajo peso molecular que combaten los coágulos, permiten reducir el riesgo de formación de trombos en al menos un 60 por ciento de los casos, lo cual revela que podrían evitarse tres mil muertes por año si se aplicaran las medidas de prevención. Según explicó Ceresetto, hay "factores de riesgo" que permiten determinar quiénes pueden ser más proclives a sufrir esta enfermedad, y al enfrentarse a esos casos "es necesario tomar todas las precauciones y aplicar los métodos farmacológicos o mecánicos que sean más adecuados". Entre las personas que tienen más riesgos de sufrir esta afección figuran quienes ya tienen antecedentes de trombosis, los pacientes enfermos de cáncer, los mayores de 40 años, los que tienen un grado de inmovilidad importante -por ejemplo por tener un yeso colocado o por sufrir hemiplejía- y quienes deben ser sometidos a algún tipo de cirugía. "Hay determinados países, como por ejemplo Francia, donde no hacer la prevención antitrombótica antes de una cirugía es considerado ilegal. Una de las alternativas con que contamos para evitar que haya más muertes por esta afección es justamente la prevención", aseveró Ceresetto. |