Pese a que las gerenciadoras
del Instituto han recibido un diez por ciento de aumentos en los valores
capitarios, distintas situaciones planteadas en torno a la Intervención
abren grandes interrogantes.
la Intervención del Instituto
Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados se encuentra
envuelta en una densa niebla a través de la cual se observa, con
la mayor inquietud, el poco disimulado y nefasto accionar de conocidas
figuras públicas que no terminan por renunciar a sus poderosos
intereses que, como se sabe, hicieron del Pami un coto de caza y llevaron
a la mayor obra social del país a su peor crisis en cuyo marco,
tanto los beneficiarios como los efectores sanitarios, siguen padeciendo
las graves consecuencias.
El incremento de los valores capitarios del diez por ciento concedido
a las gerenciadoras, y el compromiso público de contratar a partir
del año próximo directamente con los prestadores, no han
alejado aquellos fantasmas tan temidos y conocidos.
La Federación Bioquímica, a través de la presentación
ya concretada ante el Instituto de las adhesiones cosechadas entre los
colegas asociados, sigue creyendo en la viabilidad y el futuro del Pami
en particular y del modelo sanitario solidario en general.
No obstante, hay situaciones que no deben ni pueden soslayarse y que hacen
a la incertidumbre que se advierte en torno al Instituto, en donde, según
apuntan insistentes versiones, González Gaviola podría renunciar
“cansado de ataques”, ante lo cual ya se barajan varios nombres,
entre los que se destaca el del intendente socialista de Rosario, Hermes
Binner.
De ese modo, se deben destacar ciertas denuncias sobre supuestas irregularidades
de la Intervención, que tendrían un objetivo espurio a partir
del desgaste de la figura de Juan González Gaviola quien, por otra
parte, adjudicó esas “maniobras” a la reacción
de personajes funestos.
Concretamente, González Gaviola dijo que esas denuncias se deben
a que le está “pateando el hormiguero a muchos negocios”
privados en el Pami.
“Hay muchos sectores que antes hacían su agosto en el PAMI
y que han dejado de hacerlo. Hay algunos sectores ‘pseudosindicales’
a los cuales se les cerraron negocios”, enfatizó González
Gaviola.
El funcionario aseguró que se intenta “desprestigiar”
su gestión en el PAMI y destacó que “no hay ningún
organismo más controlado” que la obra social de los jubilados
y pensionados.
El Interventor negó que su esposa, Susana Vignoni, quien se desempañaba
como asesora del Pami, cobrara “gastos de representación”,
y que ella dejó su cargo “ad honorem” en el Instituto,
luego de recibir una serie de cuestionamientos públicos relacionados
con el supuesto cobro de “viáticos” cuando realizaba
viajes a alguna provincia.
“Esta fue la responsabilidad más grande que me dieron y al
Pami quería ir con gente de mi absoluta confianza. Mi mujer es
la persona de mi máxima confianza, me acompaña desde que
yo tenía 14 años”, indicó González Gaviola,
al justificar su designación, de la que luego dio marcha atrás.
Además, el funcionario negó que haya puesto en marcha “un
festival de nombramientos” y dijo que desde que arribó a
la obra social designó “115 personas”, de las cuales
20 son mendocinos.
Por otra parte, González Gaviola destacó también
una serie de “ahorros” que produjo su gestión: señaló
que redujo “a cero” las horas extras y que paga “4,5
millones menos” en salarios por cargos políticos eliminados;
y que se eliminaron “90 mil personas” del padrón de
afiliados a quienes no correspondía mantener en ese listado.
El interventor explicó además que con la eliminación
de “un montón de cuentas bancarias que no se usaban”
logró ahorrar “un millón de pesos de costos de mantenimiento”.
“Tampoco se controlaban las facturas de teléfono y por eso
ahorramos otro millón de pesos más”, puntualizó
el funcionario, quien destacó que la obra social de los jubilados
tiene ahora sus “balances al día”, aseguró.
Secuestrado
Otro de los episodios registrados dentro del aludido
marco de nieblas, ocurrió a mediados de octubre y a raíz
del cual, González Gaviola denunció ante la justicia a por
lo menos seis sindicalistas y empleados de la obra social por haberlo
obligado bajo amenazas a firmar un acta de compromiso para el pago de
horas extras y efectivización de personal, entre otros puntos.
González Gaviola, acompañado por varios abogados del Pami,
radicó la denuncia ante la Fiscalía Federal Nª 1 de
Jorge Alvarez Berlanda.
En tanto, el titular de la Asociación Trabajadores del Estado nacional
(ATE), Pablo Micheli, negó enfáticamente tener “conocimiento”
de esa denuncia y señaló que sólo se realizó
“una movilización en reclamo de horas extras adeudadas y
la progresiva efectivización del numeroso personal contratado”.
“González Gaviola firmó un acta de compromiso con
el delegado del sector, Rubén Grimaldi, para comenzar a abonar
las horas extras efectivamente realizadas y a efectivizar en dos o tres
etapas al personal contratado y, eso, es lo único que conozco sobre
el tema”, aseveró Micheli.
Fuentes judiciales adelantaron que los delitos por la denuncia que presentó
el interventor podrían caratularse como de “privación
ilegal de la libertad agravada, extorsión y amenazas”.
“La denuncia fue por hechos sumamente graves y con daños
patrimoniales para el Pami, y ocurrieron cuando se me privó de
la libertad en sede central”, explicó el interventor.
De acuerdo con la denuncia, el interventor del PAMI fue amenazado, insultado
y encerrado en una oficina durante unas tres horas por unos 40 empleados
liderados por varios sindicalistas.
Kirchner satisfecho
Por otra parte, el presidente Néstor Kirchner
se dio por “satisfecho” con un informe sobre la gestión
de Juan González Gaviola al frente del Pami que preparó
la jefatura de Gabinete y de esta forma optó por ratificarlo en
el cargo, aunque lo instó a que mantenga “la línea
de prolijidad que caracteriza al gobierno”.
Fuentes oficiales admitieron el “fastidio inicial” de Kirchner
por las presuntas irregularidades que se le atribuyeron a la gestión
de González Gaviola, al punto de haber ordenado que se le preparase
“toda la información” atinente al Pami desde que el
funcionario mendocino lo conduce.
Según indicaron las mismas fuentes, el informe elaborado en la
jefatura de Gabinete detectó “algunas desprolijidades”,
pero se aclaró que en ningún caso superaron “el límite
de lo normal”, de manera que el jefe de Estado entendió que
no se produjo ninguna situación que ameritase el relevamiento de
González Gaviola.
Entre esas “desprolijidades” habría sido encuadrada
una factura a cuenta de la obra social de los jubilados y pensionados
que sería la resultante de un almuerzo con el que el Interventor
homenajeó a su esposa el día de su cumpleaños, en
un conocido restaurante porteño. |