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Diabetes mellitus y celulas stem

Las células stem o células madre, provenientes de embriones o de tejidos adultos, podrían ayudar a reparar tejidos y órganos dañados o a generar otros sanos. Estos hallazgos han dado lugar al desarrollo de lo que se denomina medicina regenerativa. Sin embargo, son muchos los estudios que todavía están en la fase de experimentación. Tal es el caso del tratamiento de la diabetes mellitus.

Por Ana María Pertierra
“Hoy todavía no se puede decir que la diabetes sea curable. Hay evidencias que inducen a pensar que la curación va a llegar y lo más probable es que las células stem sean la alternativa más razonable para ello”, dijo el doctor Juan José Gagliardino, director del CENEXA (Centro de Endocrinología Experimental y Aplicada) dependiente de la Universidad Nacional de La Plata y del Conicet.
El especialista, que fue consultado por Faba-Informa ante la reciente difusión del primer implante argentino de células madre en el páncreas de un paciente diabético en la ciudad de San Nicolás, coincidió con la postura de la SAD (Sociedad Argentina de Diabetes) que en un comunicado informó a la población que “sólo apoya las investigaciones en favor de las personas con diabetes realizadas con rigor científico y el mayor respeto a las normas éticas”. Gagliardino desde su ámbito, el de la investigación básica, mencionó un estudio publicado el año pasado realizado en ratones con este tipo de células, cuyos resultados fueron altamente promisorios.
El ensayo consistió en tratar a los ratones con un tóxico pancreático (la estreptozotocina) para convertirlos en diabéticos y luego dividirlos en dos grupos. A uno de ellos se lo dejó evolucionar espontáneamente y al otro se lo inyectó con células stem extraídas de la médula ósea de los mismos roedores. En estos últimos -explicó el investigador- después de transcurridos 10 días empezaron a disminuir los niveles de glucemia y se mantuvieron bajos durante un mes y medio. Si bien los ratones no se hicieron normoglucémicos -objetó- la glucemia y la mortalidad de los animales descendieron significativamente razón por la cual las expectativas de la experiencia resultaron muy buenas. Los estudios se completaron con el sacrificio periódico de los animales para lograr entender el mecanismo de acción de ese tratamiento. La conclusión a la que arribaron los científicos fue que las células stem provenientes de la médula ósea no se transformaron en células productoras de insulina sino que se fijaron al tejido enfermo, en este caso el páncreas, y luego indujeron la formación de células beta a partir de las precursoras locales. Se podría decir que las células madre ayudaron a reparar el daño celular.
Lo que sí se sabe -añadió el investigador- es que las células stem traen un mensaje que promueve la activación de las células precursoras pancreáticas. En primer lugar se desencadena un proceso de angiogénesis y más tarde aparecen las células productoras de insulina e islotes.
Que este experimento de laboratorio haya sido un éxito no significa que sus resultados puedan ser extrapolados a la aplicación clínica.
Así lo enfatizó el director del Cenexa que consideró crucial ajustarse al rigor científico de la investigación y ser muy cuidadoso en la difusión de los nuevos hallazgos para no generar falsas expectativas en los pacientes, más aún cuando la alta prevalencia de esta enfermedad crónica compromete sólo en la Argentina a 1,5 millones de personas adultas. “El diseño experimental es sumamente halagüeño y los resultados son promisorios. Pero, hay que considerar que en la experiencia con animales se induce una diabetes drástica que podría no ser comparable a la enfermedad humana”, dijo.
“Sólo cuando está todo resuelto en el plano experimental y se encuentran todas las respuestas a los interrogantes que surgen en la investigación se puede empezar a trabajar en ensayos clínicos controlados en seres humanos”, recalcó Gagliardino.

Bancos de células stem

Si bien las células stem embrionarias poseen una capacidad de crecimiento y división indefinida, dilemas éticos limitan su uso. Por tal razón se ha recurrido a las células stem adultas, generalmente de médula ósea, a pesar de ser menos prolíficas y versátiles que las embrionarias. “Las células stem también se conservan en el páncreas pero el problema es su accesibilidad”, comentó el investigador.
Uno de los reservorios más fácilmente accesibles es el córdón umbilical y ya hace años que en el país existe la posibilidad de criopreservar las células stem de cordón en bancos privados para poder ser utilizadas en distintas enfermedades que pueda sufrir el bebé en el futuro o algún pariente cercano, a modo de seguro de salud biológico.
Por su parte, la provincia de Buenos Aires estuvo cerca de tener un banco público de células de cordón. Hace dos años una ley con aprobación parlamentaria que reglamentaba la creación de un Banco Provincial de Células Progenitoras Hematopoyéticas de cordón y placenta (Bancel) fue vetada por el Poder Ejecutivo provincial. “Esa ley hubiese sido un gran aporte”, señaló Gagliardino.

Diabetes tipo 1 y tipo 2

Si bien ambas tienen en común una insuficiente producción pancreática de insulina resultante de una lesión en las células beta, la causa difiere y el tratamiento también.
Mientras la diabetes tipo 1 puede considerarse una enfermedad autoinmune donde el sistema inmunitario del organismo no reconoce a las células beta y las ataca y destruye, en la diabetes tipo 2 la situación es diferente. Son los tejidos periféricos los que disminuyen su respuesta a la acción de la insulina y para compensar ese efecto, el páncreas debe trabajar exageradamente hasta el punto de agotarse. Esta diferencia de origen debe ser considerada cuando se propone un tratamiento que busque reponer células beta. “En las terapias de diabetes tipo 1 se busca reemplazar células beta y además producir una inmunosupresión selectiva, es decir, romper los clones de células que estén dirigidos contra la célula beta”, explicó Gagliardino.
Otra gran diferencia es que la diabetes tipo 2 puede prevenirse. Adelantarse a la aparición del fracaso de la célula beta como estrategia no es un tema menor si se considera que, por ejemplo, según la OMS (Organización Mundial de la Salud) la diabetes por sus complicaciones, induce mayor mortalidad entre las mujeres que el cáncer de mama.
Para ello, el foco debe estar puesto en los grupos de riesgo, por ejemplo aquellas personas que presenten el síndrome metabólico caracterizado por insulinorresistencia, obesidad central, hipertensión arterial y dislipemia. “Está confirmado por distintos estudios en distintas etnias que la prevención de la diabetes tipo 2 retrasa hasta en 6años la aparición de la enfermedad en el 58 % de los casos”, destacó el especialista.
Pero, cuando la prevención fracasa y la diabetes se instala sólo resta prevenir las complicaciones como las micro y macroangiopáticas.
“La diabetes es una de las enfermedades que mejor se conoce y que puede prevenirse y tratarse eficientemente pero, para que ello suceda se necesita la participación activa del paciente”, dijo Gagliardino.
El mensaje de la prevención que incluye el descenso de peso y el aumento de la actividad física, entre otras medidas parecería no llegar con la fuerza suficiente y la amenaza de obesidad y diabetes crece día a día en la Argentina y en todo el mundo. “Para evitar el impacto negativo en la calidad de vida de las personas con diabetes y el consiguiente costo económico de la enfermedad es necesario que quienes tienen a su cargo el control de la salud de la población y la población misma tomen conciencia de la magnitud del problema e implementen acciones tendientes a su solución”, concluyó Gagliardino.


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