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Científicos argentinos demuestran la estructura del virus causante del dengue


Participaron el Instituto Leloir y la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA . El estudio del genoma del virus se llevó a cabo con el empleo de métodos bioquímicos, de biología molecular, fisicoquímicos y de virología. Comprobaron su estructura, hallazgo inédito hasta el momento. El logro constituye un paso fundamental para el desarrollo de drogas y vacunas.

Por Ana María Pertierra

Investigadores del Centro de Microscopias Avanzadas de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y del Laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Leloir, fueron protagonistas de un inédito hallazgo: pudieron verificar la estructura del este flavivirus que infecta a más de 50 millones de personas por año en más de 100 países. El hallazgo, que se publicó recientemente en el Journal of Virology, tuvo una amplia repercusión en la comunidad científica internacional que se quedó deslumbrada ante tamaño descubrimiento de producción íntegramente nacional.
Si bien la estructura del virus ya hacía años que estaba postulada, hasta el momento nadie había podido demostrarla.
En comunicación con Faba-Informa, la doctora Andrea Gamarnik, bioquímica, directora del Laboratorio de Virología Molecular del Instituto Leloir y una de las autoras del estudio destacó: “Trabajamos con pequeñas moléculas de ARN provenientes del virus y analizamos cómo se comportan en un tubo de ensayo empleando métodos bioquímicos. Luego realizamos estudios fisicoquímicos con el microscopio de fuerza atómica, que nos permitió ver por primera vez la estructura que adquiere la molécula que está dentro del virus del dengue. Además utilizamos técnicas de virología para demostrar que la estructura vista es esencial para que el virus pueda multiplicarse y causar una infección”.
Los científicos de la UBA y del Instituto Leloir, que se dedican a la investigación básica, demostraron que el virus del dengue es una molécula lineal de ARN de 11.000 bases que en sus extremos tiene secuencias complementarias que le permite circularizarse y esto es lo que este grupo argentino ha dejado fehacientemente demostrado mediante las fotografías tomadas por el microscopio de fuerza atómica del Centro de Microscopias Avanzadas de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA a cargo de la doctora Lía Pietrasanta. Trabajaron con la variedad 2 del virus del dengue al que emplearon como modelo pero piensan extender sus estudios a los otros tres serotipos.
Gamarnik consideró que “el estudio de los aspectos básicos de la biología del virus del dengue es un paso obligado para poder desarrollar estrategias antivirales ya sean drogas o vacunas”.
El aporte de los científicos argentinos resulta crucial si se tiene en cuenta que a pesar de ser el dengue un problema de salud pública a nivel mundial, hasta la fecha no se disponen de medicamentos para curarlo ni de vacunas para prevenirlo.
El estudio, que fue financiado principalmente por los subsidios de la Fundación Antorchas, de la Fundación Bunge y Born y del Centro Argentino-Brasilero de Biotecnología demandó casi dos años y fue un esfuerzo multidisciplinario.

Una enfermedad de los países pobres

“El dengue es principalmente un problema de países pobres donde hay menos recursos para la investigación científica”, señaló la doctora Gamarnik y -agregó- son pocos los laboratorios en Estados Unidos y Europa interesados en estudiarlo. “Ese fue uno de los motivos que me llevó a elegir al virus del dengue como tema central de nuestras investigaciones”, dijo esta doctora en bioquímica, repatriada hace tres años después de realizar un trabajo posdoctoral en la Universidad de California.
Considerada por la OMS la enfermedad viral más importante del mundo trasmitida por mosquitos, el dengue es altamente prevalente en zonas tropicales como el sudeste asiático, el Pacífico occidental, las Américas, África y el Mediterráneo. Según los especialistas de la OPS el dengue representa uno de los grandes problemas emergentes de salud que enfrentará la humanidad en este milenio. Y uno de los inconvenientes para combatirlo es la falta de un tratamiento adecuado y de vacunas. Es por ello que las campañas preventivas apuntan a erradicar al vector.
La enfermedad es causada por cuatro variedades o serotipos que se trasmiten por dos mosquitos: el Aedes aegypti y el Aedes albopictus. Persiste en la naturaleza a través del ciclo de trasmisión hombre-mosquito-hombre y es el insecto hembra quien se alimenta esencialmente de sangre humana.
Se manifiesta en dos formas: el dengue clásico y la fiebre hemorrágica del dengue. Mientras la primera puede, por los síntomas, confundirse con la gripe la segunda, que tiene un índice de mortalidad del 50%, se produce cuando hay una re-infección de la persona con una variedad del virus diferente a la del primer contagio.
En América el principal vector del virus es la hembra del Aedes aegyptus y la célula diana del agente infectante es el fagocito mononuclear donde el virus se replica.
Las pruebas serológicas de diagnóstico son la inhibición de la hemoaglutinación, la fijación del complemento, la neutralización y la determinación de anticuerpos IgM por ELISA . Además de la detección del virus por aislamiento mediante la inoculación directa de suero del paciente en mosquitos o en cultivos celulares mediante técnicas de inmunofluorescencia indirecta con anticuerpos monoclonales o bien usando técnicas de hibridación de ácidos nucleicos con sondas radiactivas o por amplificación de segmentos del genoma viral mediante técnicas de PCR.
Satisfecha con su equipo de trabajo la doctora Gamarnik se plantea próximos desafíos. “Este trabajo es sólo el comienzo. Nuestro laboratorio inició en los últimos dos años varios proyectos que apuntan a entender cómo hace el virus del dengue para entrar en la célula, cómo la infecta y cuáles son los mecanismos por los cuales el virus amplifica su material genético en la célula infectada”, confió la especialista.


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