Una
prueba en sangre que determine la relación entre el péptido
amiloide b42 y el b40 (bA40/bA42) podría ser un indicador útil
para medir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
En el Departamento de Neurociencias de la Clínica Mayo un equipo
de investigadores estudia ésta enfermedad considerada como una
epidemia en personas mayores de 80 años. Se ensayan estrategias
terapéuticas enfocadas en disminuir los niveles de Ab.
Dr. Steven
Younkin
Neurobiólogo del Departamento de Neurociencias de la Clínica
Mayo de Jacksonville, Florida.
Investigadores de la Clínica Mayo de Jacksonville, Florida,
hallan un indicador que serviría para detectar a los individuos
con riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y el deterioro cognitivo
leve, su precursor inmediato.
El doctor Steven Younkin, neurobiólogo del Departamento de Neurociencias
de la Clínica Mayo fue uno de los primeros en descubrir que el
péptido bAmiloide, producto natural del metabolismo neuronal de
la proteína precursora del amiloide (PPA) que precipita para formar
las placas seniles causantes de la muerte celular, está habitualmente
en la sangre y en el líquido cefalorraquídeo. La forma más
común está compuesta por 40 aminoácidos (bA40), mientras
que una pequeña fracción compuesta de 42 (bA42) es mucho
más insoluble. Los científicos determinaron que en todos
los pacientes de Alzheimer, la bA42 se deposita en el cerebro y forma
placas seniles, primer evento anatomopatológico observable de la
enfermedad.
Los estudios realizados en la Clínica Mayo con ratones modificados
genéticamente para que desarrollen la enfermedad de Alzheimer,
demostraron que la bA42 disminuye tanto en sangre como en el líquido
cefalorraquídeo conforme comienza a depositarse en el cerebro.
Los investigadores de la Clínica Mayo concluyeron que los sujetos
con una relación bA42/bA40 más baja eran los que tenían
un riesgo mayor de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
El doctor Younkin resaltó la importancia de la prevención
cuando el objetivo es curar la enfermedad de Alzheimer. Y para ello, señaló
que son necesarias pruebas, tales como las del colesterol que cuantifican
el riesgo de enfermedad cardiovascular, para poder identificar quiénes
van a desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
La prueba obtenida “nos permitirá determinar quién
desarrollará Alzheimer para después tratarlo”, dijo
el especialista.
Y –anticipó– “en un futuro será una prueba
rutinaria de sangre determinar el cociente entre Ab42 y Ab40 con la finalidad
de conocer el riesgo y de implementar una terapia enfocada en bajar el
nivel de Ab”.
Sin embargo, los investigadores se comportan con cautela en el manejo
de éstos índices hasta tanto la industria farmacéutica
ofrezca una terapia significativa. “Sólo cuando estén
disponibles los tratamientos adecuados se podrá empezar a desarrollar
la prevención en los sujetos en riesgo”, explicó Younkin.
El cociente de los péptidos
Ab42/Ab40 podría ser en un futuro una prueba sanguínea de
rutina para medir el riesgo relativo de padecer Alzheimer. Su valor decreciente
aumentaría el riesgo.
Esta investigación abre el camino hacia la búsqueda de terapias
eficaces. “Hay un consenso de que bajar el nivel de Ab42 sería
útil para prevenir la enfermedad de Alzheimer”, señáló
Younkin y –agregó– casi todas las compañías
farmacéuticas tienen programas enfocados en reducir Ab42 o en detener
la formación de las placas que causan Alzheimer.
Una de las estrategias preventivas para bajar dichos niveles sería
inhibir enzimas específicas como las secretasas, otra la producción
de vacunas.
El estudio del equipo americano incluyó a 565 personas de la cuales
53 habían desarrollado impedimento cognitivo leve o Alzheimer.
Los especialistas señalaron que serán necesarios trabajos
adicionales que, financiados por el Instituto Nacional de Salud Americano
(Nacional Institutes of Health), demandarán aproximadamente cinco
años. Por último, será la FDA (Food and Drug Administration)
quien decida si la prueba es adecuada para tratar a las personas sobre
la base de éstas medidas.
Estadísticas preocupantes|
Mientras la expectativa de vida de la población aumenta, las cifras
de casos nuevos de enfermedad de Alzheimer son cada vez mayores y los
científicos se afanan por detener su daño irreparable.
El equipo de colaboradores del doctor Younkin ha estado estudiando al
b amiloide (Ab) desde 1987. La hipótesis inicial de trabajo fue
que el nivel elevado de Ab42 podría ser una herramienta útil
para predecir la enfermedad de Alzheimer. El científico explicó
que cuando las personas empiezan a depositar Ab42 en el cerebro, el nivel
elevado comienza a descender. “Nuestros estudios intentan demostrar
que midiendo la proteína Ab en plasma se lograría predecir
quién desarrollará la enfermedad”, dijo.
La cantidad de personas con Alzheimer ha aumentado enormemente y eso se
debe a que la población está envejeciendo. “Está
demostrado que el Alzheimer en personas mayores de 80 es una epidemia”,
dijo Younkin y –agregó– que su inicidencia no respeta
fronteras étnicas.
“Creo que si nuestros resultados pueden ser repetidos, tenemos en
nuestras manos ésta prueba del cociente Ab como un factor de riesgo
para la enfermedad de Alzheimer”, concluyó éste científico
entusiasta que se encuentra hace más de veinte años abocado
al estudio de ésta afección a la que considera “un
tremendo problema” de cara al futuro.
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