Hallazgo de científicas argentinas
Un
factor genético es clave en la infección por HIV/Sida
Investigadoras del hospital
Garrahan y del Conicet descubrieron la influencia del perfil genético
sobre la vulnerabilidad a la infección por el virus HIV
y el desarrollo del SIDA. El número de copias del gen CCL3L1
sería crucial para disminuir o aumentar
el riesgo de contraer la infección.
Un reciente estudio
del que participaron
dos médicas y una bioquímica argentinas demostró
que el gen
del sistema inmunológico CCL3L1 juega un rol decisivo en
el desarrollo del Sida. El gen produce la síntesis de la
proteína homónima que es un potente inhibidor de
la entrada del virus a la célula ya que bloquea al correceptor
CCR5. De tal modo aquellas personas que posean menos copias de
dicho gen tienen un riesgo mayor de contraer la infección.
El trabajo fue publicado el 7 de enero último
en Science Express, una versión electrónica de
la revista especializada Science. La investigación estuvo
coordinada por el doctor Sunil Ahuja de la Universidad de Texas
y participaron en ella 21 científicos de Estados Unidos,
Escocia y Argentina.
El grupo local, que tuvo a su cargo la población pediátrica
del estudio, está integrado por las doctoras Rosa Bologna,
jefa del Servicio de Infectología del Hospital Garrahan
de la ciudad
de Buenos Aires, Andrea Mangano, bioquímica
del Laboratorio de Biología Celular y Retrovirus del mismo
hospital e investigadora del Conicet y Luisa Sen, médica
hematóloga y jefa del Laboratorio de Biología Celular
y Retrovirus.
Financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de los
Estados Unidos, el estudio que comenzó en 1999 incluyó
4.300 casos de personas infectadas y no infectadas, 3.500 adultos
de origen africano, europeo e hispano y 800 niños.
Las investigadoras argentinas analizaron la composición
genética de 800 hijos de madres HIV positivo (expuestos
al virus por transmición vertical cuando todavía
no se había extendido la prevención de esta forma
de contagio) para determinar si el perfil genético influía
en la susceptibilidad a contraer la infección. “Nuestro
estudio muestra que la composición genética de un
individuo condiciona
su riesgo de contraer la infección por HIV, al igual que
el riesgo de las personas infectadas de desarrollar sida”,
dijo la doctora Mangano.
Según los especialistas el riesgo individual de adquirir
la infección por HIV y de experimentar una rápida
progresión de la enfermedad no es uniforme dentro de una
población. Ese riesgo individual se relaciona con un número
mayor o menor de copias del gen CCL3L1 que el promedio para una
determinada población. A mayor número de copias,
mayor será la cantidad de la proteína que codifica
dicho gen (que también se llama CCL3L1) y que impide el
ingreso del virus a las células.
En la Argentina, según determinaron las investigadoras
del Garrahan, lo habitual es contar con dos copias del gen. “Quienes
tienen una copia menos que el promedio poseen un 70 % más
de riesgo de contraer la infección si se exponen al HIV;
y en quienes tienen una copia más que el promedio el riesgo
disminuye en un un 30 %”, señaló Magnano.
Las científicas estudiaron cómo varía la
susceptibilidad genética entre individuos de una misma
población y aclararon que “no se pueden comparar
poblaciones distintas en términos de susceptibilidad genética
entre individuos al HIV”.
Según el grado en que una persona se aleje del promedio
de la población a la que pertenece tendrá distintas
probabilidades de contraer HIV.
Los estudios hechos en adultos demostraron que
en Estados Unidos los afroamericanos tienen en promedio 4 copias
del gen CCL3L1 mientras que
los de origen europeo e hispano alcanzaban
las 2 y 3 copias respectivamente.
Esto no significa que las personas de raza negra están
más protegidas. Pero lo que sí establecieron fue
que aquellos individuos con un número de copias del gen
por debajo del promedio de la población de su mismo grupo
étnico eran más propensos a contraer la infección
o al rápido avance del Sida.
Así un africano con 2 copias tiene igual riesgo que
un europeo con una sola copia ya que ambos poseen la mitad del
promedio de su grupo
de referencia.
Posibilidades futuras
Una de las utilidades de este estudio es que plantea la posibilidad
de desarrollar nuevos medicamentos para el tratamiento de las
personas que viven con HIV. Otra es conocer el perfil genético
del paciente para adecuar el tratamiento a su riesgo personal,
es decir que podrá contribuir a la farmacogenómica.
A pesar de que todavía la metodología para determinar
el número de copias del gen es un proceso molecular complejo
-sostuvo la doctora Bologna- se estima que en unos pocos años
se podrá desarrollar un método de testeo
más accesible.
Por su parte, la doctora Mangano señaló que “esta
línea de investigación podría servir de base
para la elaboración de vacunas”.
Ya en 1998, las investigadoras del Laboratorio de Biología
Celular y Retrovirus del hospital Garrahan descubrieron una mutación
genética del correceptor CCR5 que impedía el ingreso
del HIV a las células, sin embargo este nuevo hallazgo
parece ser más efectivo. “Si bien es verdad que ya
fueron descubiertas otras proteínas que cumplen la misma
función de bloquear a los receptores de las células,
la CCL3L1 se acopla mucho más fuerte y ofrece mejores perspectivas
de inmunidad”,
dijo Andrea Mangano.
Para Anthony Fauci, director del Instituto de Alergias y Enfermedades
Infecciosas, del NIH y una autoridad internacional en HIV/Sida,
“este importante estudio muestra cómo la diferencia
entre los sistemas inmunológicos de los individuos puede
dar lugar
a nuevos abordajes para el tratamiento de
la infección por HIV o de otras infecciones que
varían entre los distintos grupos poblacionales”.
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