El desarrollo del innovador test de laboratorio realizado por investigadores alemanes, que detecta la proteína alfa-sinucleína, podría mejorar el diagnóstico de la enfermedad incluso en etapas tempranas.
Ya hace un tiempo que las investigaciones han demostrado que la proteína alfa-sinucleína, de importancia fisiopatológica, que se acumula en las células nerviosas de los pacientes con la enfermedad de Parkinson (EP), también se puede encontrar en diversos fluidos y tejidos corporales, como el líquido cefalorraquídeo o la piel.
Ahora, investigadores de un Hospital Universitario de Kiel, Alemania, han descubierto que un análisis de sangre para detectar alfa-sinucleína podría ofrecer un método factible y menos invasivo para diagnosticar la EP.
Anteriormente, un equipo de investigación del Hospital Universitario Schleswig-Holstein (UKSH, Kiel, Alemania) había demostrado que la alfa-sinucleína podía detectarse en la sangre de pacientes con EP aislando exosomas neuronales, o pequeñas vesículas de células neuronales, en la sangre y amplificando la alfa-sinucleína contenida usando un ensayo de amplificación de semillas (SAA).
Su último estudio, publicado en el Journal of Parkinson's Disease, buscó validar la eficacia de este análisis de sangre en una cohorte más amplia de personas con EP e investigar cómo los niveles de alfa-sinucleína, medidos por SAA, pueden variar a medida que avanza la enfermedad.
Una prueba de alta sensibilidad
En este estudio, los investigadores analizaron muestras de sangre transversales de pacientes con EP y las compararon con aquellas de controles sanos de la misma edad y sexo utilizando el SAA basado en sangre.
De los 80 pacientes con EP evaluados, 79 mostraron resultados positivos para la siembra de alfa-sinucleína en la sangre, mientras que ninguno de los controles sanos resultó positivo. De este modo se confirmó la alta sensibilidad del marcador sanguíneo alfa-sinucleína para la EP.
Además, al analizar subgrupos de pacientes con EP con diferentes duraciones de la enfermedad, aquellos con una duración más larga de la enfermedad exhibieron una menor actividad de siembra de alfa-sinucleína.
Esto indica que la actividad de siembra de alfa-sinucleína puede cambiar a lo largo de la progresión de la enfermedad.
Sin embargo, aún no se sabe con certeza cómo evoluciona naturalmente la actividad de siembra de alfa-sinucleína a lo largo del curso de la EP.
"Actualmente no existe ningún análisis de sangre para la EP disponible en la práctica clínica. Por supuesto, es de gran importancia que los sólidos resultados de nuestros análisis transversales y longitudinales sean validados y replicados en diferentes laboratorios. Si se confirmara la disminución de la actividad de siembra en la sangre, esto podría influir en estudios futuros y en nuestra comprensión de la progresión de la enfermedad”, dijeron las investigadoras principales Annika Kluge y Eva Schaeffer, ambas del Departamento de Neurología del Hospital Universitario Schleswig-Holstein. “A largo plazo, se espera que esta prueba de sangre pueda mejorar la seguridad y la fiabilidad del diagnóstico de la EP, incluso en etapas tempranas en las que el diagnóstico clínico es difícil. Además, debe considerarse el impacto en los estudios clínicos, especialmente en lo que respecta al potencial de tratamientos dirigidos basados en anticuerpos para la EP".